-Explicame por qué razón vos podés llevarte sola a los
chicos de vacaciones donde se te cante y yo no… Explicámelo, a ver,
explicámeló…
La flaca gimoteaba. Odio cuando las mujeres utilizan el arma
del llanto para manipular al adversario. Odio cuando lloran como único
argumento cuando se dan cuenta de que se quedan sin razones. Odio cuando lloran
sólo para hacerte sentir culpa y hacerte quedar como el hijo de puta de la
historia cuando en realidad la que no tienen justificaciones son ellas…
-Vos no entendés, nada… ¿qué te voy a explicar?
-Eso, explicame por qué vos te llevaste a los pibes a la casa
de tu hermanito en Punta del Este los últimos dos años y yo sólo pude llevarlos
un par de días con mis viejos a la Costa…
-Porque es distinto…
-¿Qué cosa es distinto?
-Es distinto…
-Sí, sí, ya te escuché que “es distinto”… Explicame por qué
es diferente que te lo llevés vos de vacaciones a que me los lleve yo…
-Y sí… Porque vos no sabés cuidar a los chicos como yo…
-…
-Eso…
-¿Eso qué? ¿De dónde sacaste eso? ¿Qué sos la madre ejemplar
y yo el Petiso Orejudo? ¿Qué me estás, gastando?
-¿Ves que no entendés?
- Entender, entiendo, flaca, lo que pasa es que no comparto
un carajo lo que estás diciendo…
-¿Ah, ves? Si te ponés así, no se puede discutir… yo en
estos términos no discuto, con insultos, no… Si te ponés en irracional, no
hablamos más…
-Yo soy el irracional ¿me estás tomando por boludo, no? No,
no, ahora no me vengas a currar con el llanto… ¿No me das una razón de por qué
por tercer año consecutivos vos te vas a llevar a los chicos de vacaciones y el
irracional soy yo?
-¿Qué querés que te diga? Que los chicos se aburren con tus
viejos, ¿eso querés que te diga? Bueno, ahí, lo tenés…
-Perdón, pero ¿de dónde sacaste eso? Si los pibes la pasan
bárbaro con mis viejos, se ríen siempre, y vos lo sabés… O sea, cuando tenías
que salir con tus amigas y yo laburaba… mis viejos eran geniales… ahora
resultan que aburren a Martín y a Draculita…
-…
-Preguntémosle a ellos y listo…
-No, porque no hay que meter en el medio a los chicos…
-Pero si vos los estás metiendo… Estás impidiendo que pasen
las vacaciones conmigo…
- Bueno, no sé, dejame pensarlo… Además, yo no sé qué hacer
si vos te llevás a los chicos…
-No tengo ni idea, hacé lo que quieras, como hice yo desde
dos años. Y me voy porque los chicos me están esperando en el coche… No lo
pienses demasiado, porque te vas a dar cuenta de que tengo razón y de que estás
siendo injusta… Te los traigo el domingo...
***
-¿Cómo se portaron los chicos?
-Bien, flaca, cómo siempre… la pasaron bárbaro…
-Sí, me imagino, fueron a lo de tus viejos hoy, ¿no? Es que
tus viejos son divinos, la verdad…
-…
-No me mirés así… Si sabés que siempre los adoré a tus
viejos… Es más, yo siempre me llevé mejor con ellos que vos… Sobre todo con tu
viejo…
Enarco una ceja y le pregunto chicanero:
-¿No eran aburridos?
-No, pará, yo dije que los chicos se aburrían, no que tus
viejos eran aburridos…
-Bueno, es lo mismo… ¿Pensaste algo?
-Sí, sí, no, nada, que me parece que tenés razón… Que fui
injusta con vos, que tenés derecho a llevarte a los chicos con vos y que,
bueno, yo tengo que aprender a administrar mi soledad…
-Bueno, no es para tanto… Vos en Punta del Este vas a estar
con tus viejos, tus hermanos, sola, sola no vas a estar…
-No, justamente, de eso te quería hablar…
-…
-Es que decidimos con las chicas irnos de vacaciones a
Brasil, tipo como un viaje de amigas, ya que vos quisiste llevarte a los
chicos, y bueno, pensé que me haría bien descansar un poco y conectarme con mi
misma…
-Ajá ¿entonces?
-Nada, pensé que vos podías ayudarme con la tarjeta de
crédito para pagar aunque sea el pasaje de avión ¿qué te parece?
-Que no, obvio… Yo mis vacaciones me las pago solito…
La Flaca se soprende. Se queda callada unos segundos y,
desencajada, remata:
-¿Ves, ves? No te das cuenta de que sos vos el que ponés
palos en la rueda a las cosas. Parece que hacés todo para no hacerte cargo
nunca de los chicos en vacaciones… No te bancás mi libertad, eso pasa…
Resoplo, tomo aire, la miro y le sugiero:
-Flaca, hacé lo que se cante, pero a mí no me manipulás más…
Andá a robar a los caminos…
Publicado en Revista Bacanal, enero de 2013